Senderismo por El Portus y La Muela



La de hoy ha sido una ruta exploratoria para mí pues casi toda transcurre por sendas que no conocía (es que por estos montes hay tantas y tantas sendas que recorrerlas y conocerlas todas lleva su tiempo).

El punto de partida es la población del Portús, en la pequeña explanada al pie del monte que hay junto al cuartel, en la parte alta del pueblo.

Desde allí tomo la carretera de asfalto y, antes de llegar a la rotonda que hay en la entrada del pueblo y
que distribuye la carretera en 3 direcciones (pueblo, playa y cámping), tomo una senda a la izquierda que comienza a subir.

En realidad, en esta ladera hay varias sendas, como puedes ver en el mapa. Yo tomo una de ellas, que lleva hasta esta cumbre, hasta la cresta de la montaña y giro a la izquierda, siguiendo esta senda que sigue subiendo.

La senda está bien marcada pues, aunque yo creía que por aquí no pasaba mucha gente, otro senderista con el que me cruzo y que caminamos junto un buen trozo, me asegura que hay mucha gente, sobre todo del cercano cámping del Portús, que pasa por aquí para subir a la Muela.

Tras una larga subida la senda desemboca en la pista ancha de tierra que sube hasta la ermita, y que es la principal vía de subida, tanto de gente a pie como en bici (y hasta en coche si no fuera por la puerta y cadena que cierran el paso al comienzo de este coto y territorio privado). Poco antes, paso por parte de la zona quemada.

Sigo ascendiendo por esta pista de tierra hasta llegar a la ermita de La Muela, donde anualmente hacen una romería con la Virgen del Carmen, desde el vecino pueblo de Galifa.

Junto a la ermita, una balsa con un nacimiento de agua (canalizada por una fina manguera desde su origen, más arriba). Aquí me encuentro con algunos ciclistas que aprovechan para rellenar sus bidones.

A la izquierda del nacimiento, sale una senda que me dicen lleva hasta la parte alta de La Muela. Aunque no está señalizada, pero sí está bien marcada, seguramente porque también pasa mucha gente por ella, en vez de subir por el camino que lleva hasta la escalera.

La dificultad que tiene hoy es que anoche estuvo lloviendo y como está también en la zona de umbría, pues estre el barro y las hojas secas de los pinos, estaba bastante resbaladiza.

Efectivamente, tras una breve subida, ya comienzas a ver las antenas y enseguida estás en la meseta superior de este macizo de La Muela, donde hoy sopla un fuerte, fuerte viento del Sur. Aunque no es muy frío, pero con el sudor no lo hace muy agradable.

Me dedico un rato a recorrer esta amplia meseta, llena de sendas... y piedras. Me asomo a la escalera de subida (o de bajada, según se mire), muy empinada, pero parece que aún sólida y fiable; los acantilados de varias decenas de metros de altura,  donde me puedo asomar con más tranquilidad pues el viento me empuja hacia el monte y no hacia la caida libre.

Recorro las antenas (bueno, lo que queda de ellas) y el vértice geodésico y registro cuál es la senda que, en sentido contrario, me llevaría a la ermita, pues como digo hay varias sendas por aquí arriba.

Para la bajada elijo tomar una senda que empieza a bajar desde la parte occidental de la meseta, en direccción sudoeste. Sé por los mapas que hay varias sendas que rodean el macizo de La Muela por su vertiente norte y van a converger en esta senda que lleva hasta la cumbre y espero que sea ésta la senda correcta.

En esta parte de la bajada, por la vertiente Sur, sopla el viento con fuerza, dificultando un poco el avance. Me salgo un poco de la senda para investigar otras posibles sendas más directas, pero sin resultado, por lo que vuelvo a tomarla.

Aunque el rodeo que se da es bastante amplio (comparado con la bajada directa por la pista ancha de tierra), merece la pena por los paisajes que te encuentras, sobre todo de la cara norte. También en algunos tramos la senda se mete entre un bosque de pinos: parece increible encontrar tanto verde en estas tierras de secano. Aunque también hay una amplia zona que ahora está negra, debido al incendio provocado por una bengala este pasado verano.

En algunos momentos, parece que fuera a llover pero no lo hace. De cuando en cuando aparecen flechas rojas en dirección subida pintadas en las piedras, para indicar el camino y luego también veo flechas blancas en dirección bajada.

En más de una ocasión, cuando la senda se bifurca, yo siempre tomo la de la derecha, pues pienso que es la que más me acerca a mi destino final, que es el Portús.

Ya empiezo a ver la pista de tierra y gente por ella subiendo (algunos corriendo). También me cruzan dos jóvenes que bajan corriendo: me aparto de la senda porque esos llevan más prisa que yo (ellos sí que tienen también mérito, al igual que los ciclistas).

Ya casi abajo encuentro unos troncos apoyados en un pino que dice ser el refugio "Troncañón", de abril de 2012. Rebeca, Domingo, Ana, Marcos, si leéis ésto, que sepáis que vuestra obra aún se conserva.

Al final, la senda confluye con el camino justo en la explanada que hay junto a la puerta que cierra el camino para prohibir el paso de vehículos. Y ya tomo el camino abajo y me dirijo a la "civilización".

En ella, un montón de coches en el aparcamiento (no sé si todos son de gente que está andando por aquí o también son de los habitantes del poblado); unas cuantas casas, una granja escuela, con su territorio indio enfrente y más abajo llegamos a la carretera que viene de Canteras hasta el Portús.

Carretera con tráfico; circular por la izquierda los cientos de metros que faltan hasta llegar a las playas del Portús y al punto donde comencé el recorrido esta mañana. Pero antes de partir, una paradita en el viejo cuartel del Portús, frente al mar para descansar... y soñar.





Altitudes: Salida: 28 mts;  Máxima: 541 mts. mínima: 15 mts. ;  media: 234 mts.
Pendiente  Máxima: 40,4%. Media: 14.5 %
Distancia: 10.24 ktms.





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